En los últimos tiempos es habitual oir hablar a los políticos, sean del país que sean y tengan la orientación ideológica que tengan, de la campaña de marketing digital que están desarrollando. Desde hace años todo candidato que se precie tiene una Web y desde hace algún tiempo, todos ellos tambien, aparecen en las principales redes sociales; aunque en la mayoría de los casos no son ellos los que administran sus perfiles y, por tanto, se quedan rapidamente obsoletos y resultan absolutamente fríos y distantes. Digamos que viene siendo como una obligación para que puedan aparentar estar en la modernidad en la que vivimos, en la que decir que navegamos continuamente o que tenemos nuestro espacio en Myspace o Facebook es signo de distinción tecnológica.
Pero en las elecciones americanas es diferente. El punto diferencial lo ha puesto Barak Obama quien sí ha creído desde el principio que parte importante de la batalla se iba a dar en la red. Hay toda una definición de estrategia de marketing digital por parte de su equipo y los resultados son palpables. Su candidatura está presente en todas las redes sociales y se han creado herramientas específicas para dispositivos o canales muy concretos.
Yo solo quiero destacar una de ellas, la aplicación Obama para el Iphone. Una pequeña funcionalidad más que analiza tu agenda, identifica quienes de tus contactos viven en los estados en los que Obama lo tiene más dificil y te invita a llamarles. Ahí es nada. Detrás hay un exaustivo análisis sociológico de donde tiene que concentrar todo el esfuerzo.
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